A propósito de mi llegada al ¼ de siglo, he decidido
compartir con mis lectores –imaginarios, aparentemente…- un listado que resume
25 de mis demasiadas excentricidades. ¿Tarea fácil? En absoluto. Incluso me vi
en la obligación de utilizar el comodín “preguntarle a un amigo”, porque la
verdad, intentando redactar tantas particularidades, entendí que no soy una
persona tan interesante. Independientemente, a continuación presento veinticinco
cosas acerca de la veinticincoañera:
1) Soy hipocondriaca: y esa es una de mis 2 razones por la que soy
médico. De niña deducía que una cefalea era producida por un tumor cerebral, un
dolor en el pecho era un infarto y así sucesivamente. Antes de los 10, gracias
a encarta, me diagnostiqué una sinusitis, confirmada por mi otorrinolaringólogo
días mas tarde.
2) No me gusta el chocolate: desde niña siempre me ha parecido
muy amargo para mis papilas gustativas. A pesar de esto, puede verme comer una
buena Samba de fresa ya que me recuerda mi galleta preferida de la infancia: Sorbetico.
3) Quería ser astrónomo: más que médico. Pero no es una carrera
rentable en mi país.
4) Sufrí un esguince: en el dedo anular de mi mano derecha
cuando era niña mientras jugaba tranquilamente, sentada en el piso de mi habitación,
con mis Barbie.
5) Apoyo las siguientes causas: el aborto, no como método anticonceptivo
regular, pero si lo admito en una amplia gama de situaciones. La eutanasia, cuando
la enfermedad es cruel y la muerte tarda en llegar. La legalización de la
marihuana, porque quisiera drogarme de vez en cuando.
6) Soy desordenada: y creo que lo disfruto. Constantemente me reprendo
por tener todos mis corotos regados, pero me niego a organizarlos. Alcanzo el clímax
de mi descaro bromeando que en mi cuarto el desorden no se crea ni se destruye,
solo se transforma. También cuando confieso que quiero pagarle a una señora
para que le haga limpieza 3 días a la semana. Esto último, no tan en broma.
7) Compro compulsivamente libros y material para bisutería: la
primera compra no es en vano, alimenta mi adicción por la lectura. La segunda –sin
importar cuantos tutoriales DIY revise en Pinterest- solo es una conducta
acumuladora.
8) Mi teléfono siempre está en silencio: me causa ansiedad
escucharlo sonar, prefiero el modo vibrador. En este orden de ideas, odio
hablar por teléfono.
9) Tengo ira al volante: no manejo como mis congéneres
femeninos. Manejo prudentemente, respetando pasos peatonales, semáforos y
usando el cinturón de seguridad. Pero quien quiere abusar de mi buena voluntad
le toco corneta, le grito 3 cosas o le echo el carro encima.
10) No digo groserías en público: es feo y de mal gusto una
mujer con complejo de marinero. No obstante, en mensajes de texto a veces dejo
escapar una que otra mala palabra, pero de mi boquita de fresa no.
11) No veo películas de terror: soy facilmente impresionable.
11) No veo películas de terror: soy facilmente impresionable.
12) Tengo un horrible historial de mascotas: mi pájaro murió por
sobredosis de arroz. Mi pez se suicidó como el de Amelie. A mi conejito se lo
comió mi perra.
13) Estuve en un tiroteo: cuando era niña mi mamá y yo comprábamos
en una tienda que intentaron asaltar desde el piso superior. Se escuchaban los
tiros, los gritos. Mi mamá y yo logramos salir de ahí pero sufrí de estrés
post-traumático por semanas. Cada vez que sonaba una detonación preguntaba si
era tiro o cohete. Si escuchaba una sirena, preguntaba si era ambulancia o
policía. No quería salir de casa. Fue duro.
14) Idolatro a la Barbie y a Candy Candy: son perfectas y esa es
suficiente explicación.
15) Juego constantemente con las arrugas que se forman en la
tela: es algo prácticamente involuntario. Puedo estar viendo televisión,
navegando en internet, detrás del volante en la cola de un semáforo, durante la
revista médica, cualquier momento es bueno para doblar un poco de tela y
aplastarla con mis dedos.
16) Quiero un reloj mágico: para entrar a otras casas y... ver
el estilo de vida que llevan dentro de ellas sus habitantes.
17) Soy una persona solitaria: viví sola más o menos 7 años en
Puerto la Cruz y fue una etapa maravillosa. Me gusta andar sola, a mi propio
ritmo, independiente. A diferencia de muchos buscadores crónicos de compañía,
yo disfruto aislarme en mi mundo.
18) Fui nadadora durante mi niñez: siendo la actividad
extracurricular que más disfruté. Pero un día le pusieron mucho cloro a la
piscina lo que afectó mis adenoides y senos paranasales. Tuve que abandonar la
práctica.
19) Le tengo pánico a las agujas: lo que explica mi carencia de
tatuajes y piercings así como mi exceso de violencia cuando me extraen sangre.
20) Me gustaba escalar: cuando era niña. Comencé en mis tiempos de
lactante trepando la cuna y lanzándome a la cama de mis progenitores. Eso
generó muchos dolores de cabeza… a ellos, especialmente a mi papá quien reconstruyó
la cuna. Luego trepé ventiladores de pata, no fue factible, se caían encima de mí.
Posteriormente encumbré los arboles de pomalaca que teníamos en el jardín y las
gandolas de la compañía donde trabajó mi papá. Actualmente temo a las alturas.
21) Soy una coleccionista incurable: de ranas porque un día leí
que eran de buena suerte, de elefantes por una experiencia ¿extrasensorial? y de
Polly Pockets antiguas porque de niña siempre quise una, pero eran muy
costosas.
22) Nunca tuve apego emocional con mis abuelos: mi abuelo
paterno murió antes de yo tener uso de razón. Mi abuela paterna vivía con dos tías
malévolas a las que era mejor no visitar. Mi abuelo materno fue un beisbolista
borracho que jamás se hizo cargo de mi mamá. Mi abuela materna vivía acá en
casa, pero era una mujer vil, humillante, clasista, racista, totalitarista que
maltrató a mi mamá durante su niñez y adolescencia y rechazó a mi papá siempre.
¿Apego, cómo?
23) Mi alma es de doña: gruñona. Regaño con frecuencia. Me
irrito con facilidad.
24) Soy adicta a la leche: pero el país donde vivo, con su
escasez, me somete a síndromes de abstinencias prolongados e insufribles.
25) No confío en nadie: solamente en mi papá y hace 6 meses que
un cáncer de esófago devoró su humanidad. Desde entonces me siento muy sola.
jajaja !!! Está genial, amor :) Todo lo que dices es muy cierto, aunque no se como eres impresionable, con todo lo que debes ver en las guardias, y más cuando estás en emergencia
ResponderEliminarme indentifico con todas! En un mundo paralelo creo que seríamos gemelas :)
ResponderEliminarEscribí una entrada parecida hace algún tiempo en mi blog: http://la-vidasegun-yo.blogspot.com/2013/04/20-cosas-sobre-la-autora.html. Espero te guste tanto como a mi me gustó la tuya ;)