La. Tierra. 21. Diciembre. 2012.
¡Feliz día del fin del mundo para todos los terrícolas!
Aunque permítanme corregir a las profecías mayas o más bien a la interpretación
de las mismas, el mundo ya se viene acabando desde hace años y siguiendo diversos patrones. ¿O es que
nadie recuerda el bombardeo atómico sobre Hiroshima y Nagasaki, la peste
bubónica, el holocausto, los atentados sobre las torres gemelas, el tsunami de
Sumatra, el terremoto de Haití e incluso las cifras de cadáveres recolectados
en la morgue de Bello Monte durante este año?
La verdad es que si yo fuera un fósil de dinosaurio me
sentiría profundamente ofendida por los mayas, ¿Cuál es la gran primicia, acaso
el impacto de un asteroide contra la tierra no entra en la categoría de “fin
del mundo”?; Sin duda, unas predicciones burlescas para el pobre George –tortuga
de la Isla de Pinta- cuya vida acabó el pasado 24 de junio alargando la lista
de animales extintos gracias a la acción del hombre, acabándose un poquito mas
nuestro mundo –y nuestro supuesto sentido de humanidad.
Humanidad que hoy amaneció en una mañana decembrina común
y corriente, de un planeta Tierra tercero en distancia trasladándose alrededor
del sol, rotando completamente sobre su eje en casi 24 horas, manteniendo sus
polos magnéticos donde de costumbre, con el cielo arriba y el mar abajo… lo
que convierte a mis horas de planificación y organización para este 21 de
diciembre de 2012 en una total y completa ¡PÉRDIDA DE TIEMPO!
¿A dónde se fue el clásico –pero no gastado- apocalipsis
a cargo de un meteorito impactando contra New York? ¿Qué pasó con el
calentamiento-enfriamiento excesivo del mundo el día después de mañana? ¿Acaso
nos quedamos esperando un fin de los tiempos –nada sorprendente- iniciado por
la visita sin son de paz de Depredador, Alien, los bichos extraños de señales, los
extraterrestres de los Simpson y los alienígenas del día de la independencia?...
eso parece.
Entonces, como diría mi novio, me siento apocalípticamente
embarcada… por una horda de zombies hambrientos a los que –con excepción de 5
personitas que transformaría, como buena Michonne, en mis mascoticas- exterminaría
sin contemplación. Así estoy hoy, estafada por la idea de ver como el
presidente reelecto –y que comatoso- Hugo Chávez Frías pusiera en marcha la
misión bolivariana “el negro primero” para la preservación y salvación de la
especie humana.
Si todavía tienen ganas de un fin del mundo inevitable,
les recomiendo que descarguen -legal o ilegalmente, según su superyó y ello- Seeking
a Friend for the End of the World, película que desde el principio te revela el
inevitable final trágico que vivirán sus protagonistas, cuyas
historias y caminos cruzados te cautivaran y enseñaran algunas moralejas
valiosas.
Estimados terrícolas, ya es mañana en Australia; hemos
sobrevivido –por los momentos- a un fin del mundo tangente y palpable, sin
embargo, mantengo encendida la llama de mi esperanza en que este 21 de diciembre
de 2012 sea el fin de los tiempos miserables y mañana inicie una era caracterizada
por el amor y la paz.
Fin del comunicado.
Si amor, los Mayas nos embarcaron, pero cada día es el fin del mundo para decenas de personas que mueren en manos de un malandro en cualquiera de nuestras ciudades, es el fin del mundo para los niños que mueren de hambre, es el fin del mundo para especies animales y vegetales ...
ResponderEliminarSi amor, de hecho, hace mucho que el fin del mundo comenzó... triste, pero cierto.
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