De que aun no hemos caido por inocentes.

Para las personas normales, y con esto me refiero a todas aquellas que no son venezolanas naturales ni extranjeros residenciados en el país, el día de los inocentes acontece una sola vez al año. En cambio, [insertar voz de Tibisay Lucena aquí] para las mujeres y los hombres, niñas y niños, nativas y nativos de Venezuela y Venezuelo, la realidad se ha vuelto tan bizarra y asfixiante que nuestras vidas parecieran transcurrir siendo víctimas de una broma de mal gusto que en vez de llegar a su fin, se incrementa en niveles de estupidez y gravedad con cada movimiento de las agujas del reloj.

Entonces, ser venezolana debe ser la explicación a por que se me hace tan fácil imaginar las expresiones de angustia, miedo, consternación y desconcierto reflejadas en las caras de todos los habitantes de Belén, cuando escucharon que el simpático de Herodes había decidido arbitrariamente matar a cuanto muchachito menor de dos años de edad se atravesara en su camino.

A más de uno debió cruzársele por la mente las célebres frases “esto se lo llevó quien lo trajo” y “marica, me iría demasiado”, precisamente los mismos pensamientos que se repiten cual disco rayado cuando reviso las noticias nacionales, como hoy mirando a Montero, periodista de CNNe, quien en su programa matutino tocaba el tema de la estadística del OVV que corona a Venezuela como el país más violento de América Latina durante el 2012, año en el que también demostró –MUY IRÓNICAMENTE- ser el quinto país más feliz del mundo. ¿Puede ser esto más ilógico?

Si podría e Irene Esser lo demostró; la lógica es una de nuestras grandes carencias acentuándose en ella por una metástasis de silicona en su sentido común proveniente de sus implantes mamarios, lo que provocó durante la ronda de preguntas del Miss Universo 2012 una exacerbación de ideas principales confusas… y nada inteligentes similares a las que constituyeron el plan de recortar el presupuesto de las universidades tradicionales venezolanas –UCV, UDO, ULA, LUZ, por nombrar algunas- e invertir todo lo posible en una nueva misión centrada en la formación académica de los Médicos Integrales Comunitarios, injusto a mi parecer.

En otras palabras, pagando los justos por pecadores… como ya es costumbre, porque he de recordar que gracias a 8.191.132 venezolanos, quienes aparentemente tienen fecalomas ocupando espacio en las circunvoluciones cerebrales y áscaris lumbricoides alojadas en el polígono de Willis, sigo sometida a un régimen totalitarista donde abunda la pobreza, la escasez, la inflación, la inseguridad, los servicios públicos deficientes, un sistema de salud quebrantado, entre muchos otros problemas que nos azotan diariamente pero que –como una vez lo escuché en cadena nacional- no eran importante, pues la verdadera prioridad del pueblo era votar por Hugo Chávez y darle –por enésima vez- la oportunidad de hacer en 6 años lo que no hizo en 14 previos.

Comenzando el no tan nuevo periodo presidencial el 10 de enero de 2013, siempre y cuando la supuesta reemergente enfermedad  del mandatario –aun incógnita, cabe destacar-  se lo permita; manteniéndose ausente de la política nacional pero dejando su adquisición más preciada –el poder- en las manos de sus subordinados de confianza quienes intentan con vigor violar analmente nuestra constitución rodando la fecha de juramentación.

Ciertamente, no concibo determinar en que punto de la historia la matanza de niños inocentes por parte de Herodes –hecho que por cierto, y al igual que casi todas las fábulas de la biblia, no está demostrado- empezó a ser conmemorada jugando bromas pesadas… mucho menos entiendo la conexión de una con la otra. Lo que sí podría decirles es desde cuando la mayor parte de los venezolanos despertamos con la esperanza de que todo el desastre nacional se esfume tras una cara burlona y un grito que diga:

¡CAYERON POR INOCENTES!