Hoy mi mamá en un arrebato de estoy jugando a echarte broma porque
en realidad estoy diciéndotelo en serio, exclamó lo siguiente refiriéndose a mi
persona: “ERES UNA VIEJA FASTIDIOSA”. Mi Marvy -quien me engendró y por tanto
no es cronológicamente más joven que yo- tiene toda la razón, soy como Lisa
Simpson y Hermione Granger, un alma de vieja disfrazada de cuerpo
joven –y que por el amor de Dios siempre sea así y no al contrario.
He envejecido, lo sé, soy una doña que luego de considerar
emocionantes, aceptables y arrebatadoras ciertas cosas de la vida, ahora solo
encuentra peligros, absurdos y defectos en las mismas. Mi cuidado, severidad y manias han aumentado en intensidad de manera directamente proporcional al aumento en número de fobias -como suele suceder en una anciana normal.
Pero decidí analizarlo y concluí que no soy culpable de todos esos
cargos… ¿saben quien sí lo es? VENEZUELA, y no precisamente me refiero a mi
prima –si, los hermanos Millán, incluyendo a mi papá, se ponen creativos a la
hora de asignar nombres de pila a sus hijas-. Entonces usted se estará
preguntando ¿Por qué culpas al territorio bolivariano y revolucionario mismo de
la quinta república de Venezuela antiimperialista misma corazón de mi patria,
de hacerte envejecer y fomentarte la aparición de –MÁS- fobias? Y yo tengo una
teoría para usted.
Comencé mi rigurosa investigación psiquiátrica mientras veía un
capitulo de Los Simpson en el cual la familia viaja a Israel y tras ciertos
sucesos Homero termina sufriendo el síndrome de Jerusalén, una psicosis aguda
que causa en las personas ideas delirantes e incluso alucinaciones referentes a
la biblia –se creen [mas] Dios, Jesús, Moisés u otro de esos. Posteriormente
revisé el síndrome de Estocolmo y por último el síndrome de París –o síndrome
del japonés iluso, como me gusta decirle- lo que me llevó a formular la
siguiente hipótesis:
TODOS LOS VENEZOLANOS SUFRIMOS DEL
SINDROME DE VENEZUELA
El síndrome de Venezuela –según Angela Millán médico cirujano
UDO-Anzoátegui especializada en psiquiatría UCV y con doctorado en
neurociencias de la universidad de Oxford- es un trastorno delirante que afecta
a los venezolanos durante gobiernos socialistas mismos. La enfermedad se
exterioriza en ideas de tipo persecutorias y de daño, además de respuestas
simpáticas exageradas ante la amenaza. Fuente: Wikipedia del futuro (año 2025)
–esta es la prueba de que el mundo no se acabó en el 2012.
Díganme entonces como evitar envejecer cuando el síndrome de Venezuela
te somete a vivir tus días de la siguiente manera (relato de la vida real):
¡Mira, hay leche en ese anaquel! Agarra dos paquetes… Si yo se que
en la casa hay pero cuando se trata de leche nunca es suficiente, además yo se
que va a desaparecer de nuevo… No, no lo leí en el periódico, yo simplemente se
que la leche va a escasear pronto... ¿Agarraste el paquete de leche?... ¿Te
costaba mucho agarrarlos?... Mira a mi no me importa si en la casa todavía hay
leche, yo no me voy a arriesgar, yo si voy a agarrar los dos paquetes porque de
que van a dejar de sacar leche, van a dejar de sacar leche, escríbelo… ¿Pero cómo
se te ocurre darle la espalda al carrito con esos dos sobres de leche ahí?... Claro que si te lo quitan y los meten en su
carrito, la gente está al asecho de la leche, me ven que tengo dos sobres de
leche y están esperando cuando me descuide para sacármelos del carrito… si,
ahora llámame loca, esa doña que tú ves ahí, si esa, tú la ves con su carita de
“yo no fui” pero yo vi que ella me vio desde que vi la leche en aquel pasillo… vamos
a pagar, pero no te metas en esa cola, la cajera que atiende es medio
sospechosa y es capaz de decirme que el sobre de leche no tiene código para quitármelo
facilito… cuidado que ahí viene un tipo con pantalón rojo… ¿Cómo que “y
entonces”? no le ves la pinta, capaz nos quita las bolsas de leche… Ese podrá
ser el que cuida carro pero ese tipo sabe que hubo leche y anda viendo a quien
quitarle… Menos mal que le diste los 2bs, porque desde que salimos del
supermercado ese hombre me estaba viendo la bolsa donde llevo las leches…
Escucho una moto, sube el vidrio rápido que ahí viene una moto… ¿Cómo que “y
entonces”? una moto con dos tipos montados sobre ella y nosotros con los
vidrios abajo y una bolsa de leche… Comete la luz, no importa, QUE TE COMAS LA
LUZ VALE, TU NO VES QUE LA MOTO NOS VA A QUEDAR AL LADO… Si no te comías esa
luz, esos dos tipos nos quitaban la leche seguro…
P.D: Esa fue MI foto que estuvo participando en el concurso VOTA SIN MORDAZA. Ironicamente en la mencion "Fotografia" ganó algo asi como un diseño de pancarta HORRIBLE, ni hablar de los otros dos lugares. Nunca me dieron mi diploma por quedar de 6ta finalista. Gracias equipo de UN MUNDO SIN MORDAZA, ustedes son el futuro de un país organizado.
Bueno amor, lamentablemente es así, es una tristeza tener que alegrarse de esa manera cuando uno consigue algo tan básico como leche ... Y más dolor da al ir a un automercado fuera del país, y ver todos los tipos de leche que hay, y así es con todo (por ejemplo el yogurt, vi por lo menos 80 o 100 variedades distintas en un solo lugar)
ResponderEliminarY la foto es bella, en mi corazón siempre es y será la ganadora :)
Si amor... yo siempre quiero comprar mas y mas leche, porque no puedo vivir sin un vasito por las noches :'(
EliminarAwww! Que hermoso, siempre apoyando lo que hago :*