Tengo unas cuantas semanas pensando en la absoluta necesidad que tenemos los seres humanos de nacer con un pequeño control remoto –no universal- para ser usado en caso de emergencias. Este debe contar con los botones básicos, dígase el de cambiar canales adaptado para los humores borderline –o/-, uno para adelantar momentos no gratos, otro de retroceder –aunque por la paradoja, físicamente no será posible- y más relevante que los sube/baja volumen, el “mute” por las razones que explicaré en los próximos párrafos.
En mi afán por comprender la conducta humana, he emprendido un nuevo ¿trabajo observacional? A través del cual he descubierto una nueva ¿alteración? que seguramente me llevará a ganar el premio Nobel de medicina. Se trata de “El Síndrome De Desconexión Sentido Común-Lengua” el cual puede expresarse en individuos de cualquier edad, raza y sexo sin antecedentes de traumatismo craneoencefálicos o retrasos mentales.
En resumen, las personas que padecen este síndrome lucen normales, sin embargo, cada vez que abren la boca dicen barbaridades de magnitudes impresionantes, embarrandola en miércoles por la tarde. Las frases que los caracterizan pueden ser verdaderamente disparatadas, ilógicas y desubicadas en tiempo, espacio y personas. A continuación les presento un caso de una individuo que he llamado “la mujer morisqueta”.
Como de costumbre todos los jueves, a la 13:00 en punto entré al salón donde curso sexología médica y me senté en el primer pupitre de la fila. Paseé mi mirada por el salón hasta que la encontré sentada en la fila siguiente casi de última. Una risita al mejor estilo de pulgoso (el perrito de los autos locos) salió de lo más oscuro de mi alma al tiempo que me pregunté ¿qué clase de locura dirá mi compañerita en voz alta hoy?
Díganme muchachos, ¿cómo se produce leche en las mujeres?Preguntó la doctora. Para los que ya hemos visto gineco-obstetricia la respuesta era sencilla: prolactina e hipófisis. Clásicamente el estimulo que crea el bebé al succionar el pezón y los tumores hipofisarios producen galactorrea, como bien lo explicó mujer morisqueta.
Muy bien, ¿de qué otra manera se puede producir leche?
Y todo lo bueno que pudo decir mujer morisqueta, se vino abajo estrepitosamente con su siguiente respuesta:
Bueno doctora, cuando a mí, bueno, cuando a una le succionan los pechos durante la relación sexual sale leche… es decir bueno yo he visto, bueno, he leído, es decir…
Esa fue las expresión que se apoderó de los rostros que presenciábamos aquella clase. Nuestro asombro se volvió carcajadas luego de que una sexóloga bastante asombrada exclamara a todo pulmón:
¡¿Cómo?! ¡¿A ti te sale leche en cada relación sexual?! ¡¿Cuántas veces al día tienes sexo?! ¡¡Mínimo 5 veces y con succiones bien fuertes!!
Siempre me había preguntado por qué mujer morisqueta seguía con su pareja. Varias veces había escuchado que su novio era de la clase “problemáticos”, esos que se van los viernes por la noche a beber con los amigos, aparecen cuando les da la gana e incluso, una vez llegó a mis oídos el rumor de que él le robaba dinero… hoy entiendo que ojos vemos, ¿penes y agilidad bucal no sabemos?
Esa tarde, la mujer morisqueta necesitó con urgencia de un control remoto que pusieran en “mute” a su severa desconexión lengua-sentido común. Y si bien dicen por ahí que el sentido común es el menos común de todos los sentidos, personas del mundo vamos a hacer una campaña por al menos mantener un poco el pudor, a menos que quieran convertirse en un reality show barato como Jersey Shore, para expectantes como yo que deciden plasmar sus historias en un blog que nadie lee.
Good Night and Good luck.
muy fresa tu escritura, deberías hacerlo más seguido.
ResponderEliminarPero el deber no es el ser.
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