jueves, octubre 6

Crónicas de una tesis: de retirarse de una batalla.

Dicen que cuando el enemigo sea muy fuerte, debes unírtele. No sé como fuckin shit –por no decir mi nueva expresión mental preferida: puta madrecita- puedo unirme [mas] a cualquiera de mis enemigos si la mayoría de ellos viven dentro de mí… y tampoco es que sepa unirme al enemigo que inspira este post: un estúpido pedazo de tela.

El problema conmigo. Corrección. Los problemas conmigo inician por querer y esforzarme en sentirme/ser especial, sin embargo, cuando NO se tiene aunque sea una brizna de potencial, no deberías formar grandes expectativas. Lamentablemente yo, soñadora, inconforme, perfeccionista y con complejo de autosuperacion, siempre cometo el mismo error: intentar lograr algo.

Intentar lograr confeccionar una falda y una chaquetica para la discusión de una tesis que aun no he redactado –yo de megalómana, pensando que en tres días la tendré lista. Sí, porque luego de comprar lo que considero el vestido más hermoso ever seen e inicialmente destinarlo para ese día, recapacité. Angela, me dije, tu estudias en un hospital donde hay gente moribunda gastando sus suspiros en una lucha por [sobre]vivir, personas que vienen de los pueblos más recónditos de Anzoátegui soportando directa o indirectamente una enfermedad mientras en el bolsillo no tienen ni 1 bsf. ¿Realmente quieres usar un vestido tan hermoso e incluso lujoso en ese lugar? No. No es el lugar, ni tampoco el momento.

So, ignorando todo el panorama desalentador y pesimista, seguí tras mi objetivo de confeccionar only for me algo lindo. Usé como fuente de energía la subestimación de las personas ante aquella idea y, como inspiración pensaba en ese momento cuando dijera lo logré. Hoy entendí la verdadera realidad: algunas personas saben algo de mí misma que yo he preferido ignorar siempre: soy una verdadera inútil.

Reprimiendo –como siempre- mis impulsos en general, no me dejé llevar por la ira acumulada hacia aquella falda maltrecha y en vez de romperla en mil pedacitos, me limité a guardarla en una bolsa dentro del closet. Y ya. Ahí se quedará. Estoy decidida a asistir a mi tesis como la mamarracha que siempre he sido.

Punto.

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