Bitácora tesistica: hoy he experimentado el primer colapso nervioso relacionado con mi trabajo de tesis. Llegó ese momento cuando el vaso de agua colmado y ambulante en el cual me he convertido, se cruza en el camino de una gota cuya única misión –si decide aceptarla- es desbordarte. Eso fue exactamente lo que sucedió hoy.
Unas noches atrás, me senté y pensé: ¿qué clase de trabajo de grado voy a presentar? Si, la respuesta inicial fue: NINGUNO, porque como todos sabemos, no tengo ni medio capítulo redactado. Posterior a eso, brotó otra respuesta: NO TENGO IDEA, si, porque cuando divago sobre mis objetivos, mi población, mi tema in situ, considero la posibilidad de estar rayando en la mediocridad.
Generalmente mis voces internas y externas –gracias Daniel por escucharme y apoyarme constantemente- me hacen recapacitar; primero, mi trabajo si vale la pena, nació de la pasión que siento por la psiquis de las personas MAS NO de un “doctor, ¿me regala un tema para mi tesis?”; con mucha seguridad y convicción expuse mis ideas y así, escalón por escalón, logré que aprobaran mi anteproyecto. Eso demuestra preocupación sincera por una población que considero olvidada. Y efectivamente, Google Académico me concede toda la razón, no tengo ni un insignificante estudio de antecedente…
¿Quién fue el culpable de mi descontrol today? ¡La ropa tesística! Definitivamente, esa ropa que intento confeccionar me está haciendo pagar un karma que no comprendo. Luego de un par de costuras por aquí, costuras por allá y un montón de intentos fallidos, con una mano tomé rabiosa la tela, y con la otra una tijera y comencé lo que sería una de mis mejores imitaciones de Edward manos de tijeras.
Eres una perra… no vas a poder contra mi… si tengo que descoserte un millón de veces lo haré, ¿o crees que no soy capaz?... ¿Qué te hice para que me hagas sufrir tanto… TE ODIO…
Esa fue la secuencia de frases que le dije a un objeto inanimado mientras lo tijereteaba… shame on you Angela. So, aquí estoy, con todos los proyectos tesisticos en cero… DE NUEVO… y el contador de días me avisa que tengo solo dos semanas para resolverlo todo.
¿Suficiente estrés, BITCH? ----> me preguntó mi Superyo.
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