No tenía yo mucho tamaño ni forma cuando de manera
inevitable le embrollaba –por decirlo así- la existencia a mi pobre Marvy,
comportándome como una -aparente- suicida intrauterina que le ocasionó a su ser
una hiperémesis gravídica tan grave que casi me cuesta la vida antes de nacer. No
sé cuantos kilogramos de peso perdió mi madre durante ese periodo de tiempo, no
obstante, sin importarle el hecho de que desde el principio de mis tiempos he
sido un embrión/feto –lactante/niña/púber y actualmente adulto en construcción-
tormentoso, ese amor tan honesto y puro mejor conocido como maternal, la
impulsó a vencer cada obstáculo para darme el gran regalo de la existencia.
Nota de la autora: hay que ver que yo si jodo…
Yo no había nacido todavía, cuando mi mamá me proporcionó
temporalmente una casita bien bonita y calientica dentro de su ser, anexando a
esto un plan de nutrición que cumplió satisfactoriamente; yo no tenía que mover
un dedito ni dar una patadita, ya que ella de manera casi telepática me
alimentaba lo justo y necesario a través de una manguera constituida por 1 vena
y 2 arterias.
Nota de la autora: el único inconveniente de esa
casa era la tubería, prácticamente yo flotaba en mi propio pipi.
9 meses después, conociendo mi estado de salud pero
no mi sexo, una cesárea me abrió la puerta a este mundo y a mi madre le dieron
la grata –y sorpresiva- información de que yo definitivamente NO era varón.
Nota de la autora: cito a Laureano Márquez a continuación:
"...Las manos de mi madre amasaron mi vida..."
En mí caso, desde mis primeros minutos de vida
extrauterina cuando sus primeras palabras al mirar mis grandes ojos (y nariz… y
frente… y cachetes…) fueron:
“Bienvenida al mundo, que vengas a hacer el bien a
la humanidad…”
16 años después –ni un minuto antes, ni un minuto después-
decidí dedicarme a la carrera que intento me convierta en la herramienta de
Dios aquí en la Tierra.
Marvy, aunque no puedas imaginártelo, la verdad es
que paso mi vida ideando un plan para darte aunque sea ¼ de todo lo que tú me
das desde que el espermatozoide de mi papá, se unió con tu ovulo; honrarte y
llenar tu corazón de orgullo por mi y amor para ti; y si Dios y la vida me lo
permiten, seguir tu ejemplo y convertirme en una madre tan maravillosa como la
que tu representas para mí.
Y yo quiero felicitar a mi suegra, por haberte traído al mundo y haberte criado con principios y valores que te hacen quien eres, a quien amo tanto :)
ResponderEliminarEso fue muy lindo amor, gracias. Te amo :*
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