jueves, agosto 18

De cuanto me identifiqué con Tangled...

Me encanta que, la típica historia de amor de los cuentos de hadas, sea ahora en las películas de Disney, modificada con agregados de mucho sarcasmo y tonos burlones al trillado "princesa en apuros... príncipe que la rescata... bruja del cuento"...

Tangled no fue la excepción a esta nueva moda. Si bien toma como molde a Rapunzel, princesa a quien siempre le he tenido asquito -cabello MUY largo = cochinada)- la trama transcurre de una manera totalmente diferente, fresca y divertida...

Esa escena de la foto es, sin pensarlo dos veces, mi preferida de toda la película. Una vez que Rapunzel convenció a su madre de dejarla sola en casa, ha decidido escapar a conocer el mundo con la ayuda de un ladrón. Cuando Rapunzel se da cuenta de que ha logrado su cometido, POW, explota la crisis existencial...

Me sentí tan identificada: LO LOGRÉ - oh, me matarán cuando se enteren - SOY TAN FELIZ - ¿qué clase de locura es esta? - WOHOOO, AMO ESTO - soy lo peor que hay... esa fase maniaco-depresiva que vivimos las niñas buenas, cuando hacemos algo, digamos, fuera de lo común.

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